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Boda en el Parador de Córdoba. Marina y Raúl.
Hay parejas que a la hora de casarse improvisan y se dejan aconsejar por familiares y amigos sobre cada uno de los detalles de su boda, pero hay otras que tienen clarísimo cómo quieren que sea y ponen todo su empeño para que ese día sea tal y como ellos se imaginan.
Marina y Raúl querían una boda civil al aire libre, donde todos los invitados pudieran disfrutar de unas instalaciones únicas rodeadas de naturaleza, las cuales dieron encanto a una ceremonia donde los auténticos protagonistas fueron sus amigos y familiares, que les dedicaron los mejores deseos en su nueva aventura como marido y mujer.
Por este motivo, nuestra pareja decidió celebrar su boda en el Parador de Córdoba. Pocos lugares hay más idóneos en nuestra ciudad como este para celebrar una preciosa boda civil, rodeados de naturaleza y acompañados por una decoración que no dejó indiferente a nadie.
El día comenzó en una de las suites que el parador había reservado para la novia. Marina pudo disfrutar de sus preparativos en una de las mejores habitaciones de la ciudad junto a su madre y hermana, que le acompañaron en cada momento.
La ceremonia estuvo cargada de emotividad y recuerdos que hicieron derramar más de una lágrima entre los asistentes. Marina y Raúl disfrutaron de cada discurso que sus invitados les dedicaron, a los que respondieron con unas bonitas palabras dirigidas a todos y cada una de las personas que decidieron acompañarles en un día tan especial.
La copa de espera fue amena y divertida. Los novios aprovecharon para saludar a todos sus invitados y disfrutar de la decoración que el Parador de Córdoba había preparado exclusivamente para ellos.
El banquete transcurrió entre brindis y vítores a la pareja, que se alargaron hasta la hora de la fiesta donde los novios hicieron su primer baile como recién casados, el cual estuvo cargado de ternura y cariño.
La fiesta se prolongó hasta bien entrada la noche y todos los invitados pudieron disfrutar hasta el más mínimo detalle de una boda planeada con tanto mimo.
Como fotógrafo, no hay mejor boda para documentar que la que se hace desde el corazón. El día de Marina y Raúl estuvo lleno de momentos divertidos, emotivos y sobre todo alegres, pero lo más importante es que cada uno de ellos fueron momentos repletos de amor.